Durante 1945, a su llegada a México, Mariana Yampolsky estudió pintura y escultura en La Esmeralda. AL mismo tiempo se volvió la primera mujer grabadora y miembreo del Taller de Gráfica popular que a su vez luchó contra el facismo e inundó la ciudad con grabados de protesta. Mariana se hizo cargo de todas las exposiciones en el extranjero del célebre Taller y ayudó al extraordinario grabador Leopoldo Méndez en las Ediciones del Fondo Editorial de la Plástica Mexicana dedicada al muralismo mexicano, a José Guadalupe Posada y el arte popular. Esto la preparó para convertirse en la curadora de la importante exposición de los 150 años de la fotografía mexicana en el Museo de Arte Moderno, Memoria del tiempo.

En tanto que educadora, en la SEP, Mariana dirigió la colección de libros para niños colibrí en los que reunió a ilustradores de la talla de Alberto Beltrán, Andrea Gómez y Leticia Tarragó.

A lo largo de su vida de fotógrafa, Mariana ha retratado los sitios más apartados de México que nadie antes había tomado y ha descubierto rituales, casas y rostros nunca vistos. Su conocimiento de la arquitectura popular mexicana es único e insuperable. Cuenta con más de setenta mil negativos del campo mexicano y ha hecho más de 300 exposiciones individuales en el mundo entero, desde Estocolmo a Tokio, desde Zurich a Tenerife, de Toronto a Shangai. Es una de las más grandes fotógrafas mexicanas y sus fotografías han hecho escuela.

Amiga y admiradora suya desde hace más de cuarenta años, Elena Poniatowska tituló su libro Mariana Yampolsky y la buganvillia porque al abrir la ventana del cuarto a su llegada de Chicago en 1945, lo primero que vió fue una buganvillia iluminando un muro gris. Este es mi país, decidió Mariana.